El Huerto no se hace responsable por los daños físicos y mentales que pueda haber tras las lecturas de sus entradas. Las opiniones aquí vertidas son responsabilidad directa únicamente de los autores. Cualquier parecido con la vida real es mera coincidencia.

viernes, 23 de agosto de 2013

Ministerio de Supremacía

Por la calle caminaba una mujer, vestida con los hules-N3 más finos que se pudieran comprar a estas alturas del sector. Creía correr pero lo único que daba eran pequeños brincos de manera poco ortodoxa. Debía reunirse con su amigo- ZO para platicar sobre aquel implante que le ayudaría a convertir a su ingenua falda en una sagaz y astuta prenda lista para los deberes; de lo que no se había percatado era que su preciosa e impecable falda había caído al suelo.
Del otro lado se encontraba un señor robusto que daba de comer a las palomas. Al momento de oír la onda expendedora dejó la bolsa con migas en la banca para seguir su camino hacia el monumento dedicado a la “Revolución A-511” que lo transportaría de inmediato a su bunker, donde se comunicaría más tarde con el informante que contrató para espiar a su ex-esposa.
Pasaron uno junto al otro y la mirada del señor de inmediato se plantó en aquella obra de arte tendida solo para él. Pensó en levantarla e ir a la casa de recompensas que habían inaugurado a unos pasos del monumento, pero la mujer que acababa de pasar no merecía tal ultraje a pesar de su descuido, pensó.
-¿Esa falda es suya, señorita?
-Sí, disculpe.
Rápidamente la levanto sin mirar siquiera a su salvador.
-No se dispense, es una pieza extraordinaria.
-No es para menos, la he cuidado más que a mis pantalones.
-¿Y por qué ha hecho eso?
-Verá, las faldas son mucho más leales en comparación de los pantalones. No están con una por compromiso y es rara la vez que fallan. Los pantalones son una pérdida de esfuerzos.
El hombre no podía creer lo que esta niña decía. El siquiera pensar en menospreciar a un par de pantalones finos le parecía algo descabellado, y ahora que escuchaba cómo descalificaban a toda una raza le pareció aberrante.
-¿Dice usted entonces que los pantalones son oportunistas?
-Solo son volátiles y caprichosos, jamás se sabe cuándo saldrán o botarán a una en medio de un acto.
-Curioso lo que me dice, señorita. ¿Me podría decir su nombre?
Quería estar seguro de saber el nombre de una traidora. En otro momento se encargaría de arruinarle la vida en el Ministerio.
-Pregúntele a la falda, verá que hasta en eso es suspicaz.
-Falda, ¿cómo se llama tu ama?
-Bernarda.
La tenía. Aunque todo pareció absurdamente sencillo.
-¿Qué te pasa ingrata?, ¿acaso ya no recuerdas con quien estás?
-Con Bernarda, estoy con Bernarda.
-Seguro alguna de tus fibras no responde bien al clima, maldito retazo. Eso debe ser.
-Espero que esa sea la razón, las composturas en faldas son más costosas que las de pantalones.
-Son en estos momentos en que envidio a las Piocas.
-No tiene por qué, son miserables por tener algo tan impredecible como un pantalón.
Ya no sabía si concordaba con aquella loca o solo era una careta demasiado convincente de la que jamás había sospechado que existiera.  
-Tiene razón, debo estar loca.
- Bueno, señorita, me retiro. Debo alimentar a mis botas.
-Botas, nunca he tenido botas. Las botas son cotorras, ¿verdad?
-Más bien parlanchinas.
-No le quito más su tiempo, que tenga buenas lunas.
-Gracias, que usted no las tenga.
-Que amable. ¡Hasta luego!

Dejó que caminara un poco para seguirla hasta donde fuera necesario. Tenía experiencia. 

domingo, 18 de agosto de 2013

Guía del Perfecto patán. Introducción.

La mayoría de las mujeres tienen una muy mala definición sobre la palabra "patán" y no se les puede culpar por ello; sin embargo, injustamente etiquetan de esta manera a un gran número de hombres que no tienen nada que ver con este modo de vivir. Les dicen así a quien no merece ser etiquetado como tal, no cualquiera puede ser tachado de esta forma. Le llaman así a quien las haga infelices en cualquier punto, haya alguna relación formal o no, y salgan afectadas.
     Para estas mujeres un patán es aquél que no las escucha, aquél que no las complace, aquél que no les dice la verdad u oculta cosas, etc., un sinfín de cosas más, pero no se dan cuenta de que todos estos prejuicios son equívocos y muy mal generalizados: por el contrario, ¡ser un patán es todo un arte!
     La mala fama que tiene el patán se debe generalmente a muchos sujetos que abusan de este estilo de vida. Ellos lo usan de una manera muy estúpida, quedan mal, lo llevan a extremos realmente absurdos, no saben ir acorde a este modus vivendi; ven en la mujer su recreación más baja, un pasatiempos, éstas no son más que un simple objeto sexual que se usa y se desusa fácilmente. ¡No! El Perfecto patán no es de esta manera. Que sí ve en la mujer una recreación, eso es cierto, pero este patán siempre plantea, desde un inicio, que la recreación debe ser mutua, llegando a términos que puedan ser aceptados por ambos; él sabe cuándo dejar a una presa de lado para evitar futuros inconvenientes; ante todo el Perfecto patán es un caballero: ve en la mujer una compañera, una confidente, una amiga; está siempre atento a lo que ella quiere en todo aspecto; la complace física y objetivamente; está atento ante sus sentimientos, pues debe ser precavido para sortear las querellas que pueden salir por malos entendidos.
     El Perfecto patán no mezcla sentimientos pero respeta a quienes sí lo hacen; prefiere el sexo ante una relación seria por cuestiones más prácticas: no puede ocuparse tanto tiempo en una sola distracción; disfruta de los placeres de una forma más libre por tener la increíble capacidad para separar razón y placer; no está limitado por razones morales.


     En este pequeño compendio de notas se dará a entender el modo de proceder del Perfecto patán heterosexual, siendo así un arma de doble filo. Por un lado, un hombre que guste iniciarse en este ámbito puede seguir los consejos aquí planteados, cambiándolos según le parezca conveniente claro está, pues esto no es una forma metodológica a seguir rigurosamente (lo hermoso de este arte es que es maleable según la persona que la practique). Por otro lado, las mujeres que puedan leer estas líneas podrán darse cuenta, con mucho mayor facilidad, con qué clase de hombre se están acostando...

lunes, 12 de agosto de 2013

Lo necesario



 
Lo necesario...

 
 Es durante las madrugadas, cuando más pesa el reloj de pared,
       cuando callaron, y cesaron los ruidos y hasta la propia voz se ausenta.
   La noche se ha inventado mil veces para desahuciar la mente, 
   uno se cubre de aires fríos y de exámenes de consciencia. 

          
  Si entre la inmensa soledad que pasa durante una noche en vela,
           uno resiste los mordaces juicios del propio ser, 
          es necesario, por obligación, recuperar el rumbo y
enderezar el camino que fallece con el ocaso de una experiencia. 

lunes, 5 de agosto de 2013

Hasta el fin de mi linaje

Polvo soy...
en polvo me convertiré,
y si mi mano no escribe su nombre en la tierra
el poderoso viento del olvido esparcirá mi ser,
alejado del recuerdo del bien amado.
Alejando mi nombre de sus bocas,
generación por generación,
hasta caer en la obscura y fría faz de la Nada.

¡El imperioso destino no me hará volver!
¡La Tierra no parirá de nuevo mi ser!
No habrá nueva piel,
no habrá nueva carne ni nueva voz,
el legado de mi nombre, como hombre,
habrá sido ya sentenciado.

Mi nombre deberá estar escrito en el libro terrenal,
y así, sin la máscara,
sin el antifaz de una creencia vana,
sin la falsa ilusión de una reencarnación
dejará de importarme el Libro de la vida,
dejará de importarme su Luz y su brida,
y mi vida ya no será rechinar y crujir de dientes,
sino un luminoso y maravilloso Edén.
¡Qué me importa el Cielo!
¡Qué me importa vivir Eterno!
No busco que mi alma sea perenne,
¡quiero que viva mi letra!

¡Y mi ser hecho polvo estará en la esencia de cada nueva vida
que nazca de mi semilla!
Si mis letras viven
mi nombre quedará escrito en sus almas y sus corazones,
y será esparcido por su sacrosanta lengua,
por los siglos de los siglos,
hasta el fin de mi linaje.

jueves, 1 de agosto de 2013

Sobre la improvisación del escritor

Llega el momento en la vida de todo amante de las letras en que se queda inmóvil,
petrificado, mirando la pantalla o el papel sobre el cual la pluma queda ingrávida.
"¿Qué sigue?" se pregunta,
agita la la pluma entre sus dedos,
mira al cielo pensativo,
zarandeando las manos como si las palabras estuviesen flotando,
intentando atrapar ideas,
solicitando alguna inspiración
implorando por algún incentivo que le ayude a crear algo.
Me cuesta trabajo imaginar el por qué,
habiendo tantos y variadísimos temas en el mundo,
¡no pueda decidirme por uno!
Admito que de vez en cuando sólo escribo por escribir,
por llenar algún espacio en la hoja o en el procesador de textos,
pues es como una adicción,
una droga de lo más extraña,
siempre pidiendo plasmar algo...
pero hoy, querido lector, no se me ocurre de qué hablarte.

Envidio a aquellos que tienen el don de la improvisación,
aquellos que, con facilidad, pueden sacar una extensa charla.
De cualquier tema pueden tomar un hilo conductor,
una partícula del tópico para extenderse.
No dan rodeos,
no repiten frases,
para ellos su charla es como una esfera
pues tiene tantos puntos de vista que puede hablar, hablar y hablar
o, en su defecto, escribir y no parar en un buen rato.
A mí, en lo personal, no se me da eso de improvisar,
me cuesta trabajo poder hacer un tema extenso.
Aunque lo desee siempre hay un tope que me detiene,
algo que me impide seguir hablando.
Envidio, repito, a aquellos que tienen la capacidad de improvisar
pues, ya en letras plasmadas o delante de un buen café,
siempre, siempre serán buenas charlas.

En ciertas ocasiones, verdaderamente raras,
mi cerebro ha tenido la oportunidad de improvisar un escrito;
un halo de luz ilumina,
los dedos se mueven,
la imaginación vuela,
la excitación de la creación te invade
y es cuando no puedes parar de escribir.
¡Y sigues, y sigues!
Le das cuerpo, forma...
y al final quedan las letras plasmadas,
que se leen y se deben releer las veces sea necesario.
¡Porque tienes que revisarlo!
No puedes dejar eso así nada más,
puede ser bizarro,
abstracto, extraño...
Sea quien sea el autor de un texto,
y más quienes aman escribir tienen que saber que
el mejor y, al mismo tiempo, el peor crítico es uno mismo.
Para poder entender lo que has escrito,
dice María Rilke,
tienes que leerte como si fueses otra persona.
Sé duro contigo mismo,
date cuenta de tus errores,
sé paciente para poder controlarlos
y encuentra la manera de arreglarlos...

No me jacto de ser buen escritor,
no, en absoluto,
soy escritor por afición,
no por profesión
(aunque quiero llegar a ser ambos);
me jacto de que me gusta escribir,
un vicio, droga irreprimible.

Cuando es así tienes dos caminos,
o escribir para morir en silencio y soledad,
siendo tu propio lector,
o escribir para ser leído por otros,
el escritor ególatra.
Cuando eres el segundo, ese autor que se deja leer,
pueden destruirte,
tirarte y pisotearte.
Las críticas siempre están a flote.
Habrá quienes lean cada letra de tu texto,
otros que lo ignorarán
y algunos más que ni siquiera lo entiendan.
Sé tú.
Al improvisar, querido lector, te pones en un barco durante una vorágine.

En fin, ese es el problema esta noche,
no sé de qué hablar,
y tengo que aprender a sacar un tema de la nada,
al tener una improvisación bien hecha
siempre tendré algo que ofrecerte,
¿no es así, estimado lector?